Por: Jorge Dávila (@davilatoor)
Anoche habló de «Los nacionalismos en la España contemporánea» en un acto que tuvo lugar en el teatro Timanfaya del Puerto de la Cruz que sirvió para inaugurar el curso 2014-2015 del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias. El leridano José Álvarez Junco, escritor y catedrático de Historia de la Universidad Complutense de Madrid, cree que «hay que buscar una solución negociada» en el proceso soberanista catalán. «Las dos partes tienen que forzar encontrarse en un punto intermedio para que no queden heridas demasiado insolubles en ninguno de los bandos», señala un historiador que ocupó la cátedra Príncipe de Asturias de la Universidad Tufts (Boston) entre los años 1992 y 2000.
Profesor emérito de la UCM, este jubilado catalán cree que el pulso que en la actualidad libran los ejecutivos de Mariano Rajoy y Artur Mas «sí que podría tener unas consecuencias ciertamente graves, a pesar de que nadie puede precisar aún por dónde la evolución de un proceso que ha movilizado a una parte importante de la opinión pública catalana… Puede ser un 30%, o incluso menos, pero los jóvenes están bastante entusiasmados con unos aires de independentismo que si se ven frustrados, como todo parece indicar que así será, va a crear un resquemor importante», precisa el exdirector del seminario de Estudios Ibéricos del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Harvard.
«A mí lo que me gusta es escribir y la investigación», recalca José Álvarez Junco en un punto de esta conversación en la que emerge un posible sentimiento de nostalgia hacia el oficio de docente. «No lo echo de menos… Ahora participo en unos seminarios programados en los que soy escuchado por unos alumnos cautivos. Esa no es una situación agradable, pero el reto siempre es conquistar su atención», afirma al tiempo que traza su nuevo rol universitario. «Me han hecho profesor emérito, que es un cargo por el que cobro cero euros, pero me han dejado un despacho, una tarjeta de acceso a la biblioteca y mucho tiempo para escribir e investigar. Ah, lo mejor de todo es que no tengo que dar clases ni corregir exámenes», resume.
Director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales hasta mayo de 2008, Álvarez Junco tiene claro que el catalán no es único frente nacionalista que late en este país. «Hay otros que están ocultos, empezando por el español… Las pasiones nacionalistas siempre están jugando», destaca un profesor que ya ha agotado medio año de retiro. «Al escritor nunca lo retiran», contesta en la primera parte de un diálogo que vuelve a rescatar alguna que otra generalidad del pensamiento nacionalista.
«No hay dos iguales… Sí que se pueden compartir elementos culturales, pero cada identidad nacional es distinta», aclara antes de profundizar en el hecho de que «hay elites locales que se mueven en distintos planos políticos, culturales, sociales que ambicionan tener unas cuotas de poder con el objetivo de reivindicar un grado de autogobierno propio pero esa es una característica universal: si no hay eso; no hay nacionalismo».
Cuarenta años después de leer una tesis doctoral sobre el «pensamiento político del anarquismo español, investigación que dirigió José Antonio Maravall, este catedrático natural de Viella (1942), considera que, a pesar de la enorme agitación social que se percibe en la totalidad del territorio nacional, «no son buenos tiempos para el anarquismo; dependemos mucho del Estado… Por lo menos no lo es para el anarquismo entendido como movimiento social o masivo. ¿Qué líder de hoy en día se puede poner delante de una masa de trabajadores para intentar convencerlos de que no hace falta Estado, ni seguro de paro, ni seguro de jubilación…? La realidad apunta a que dependemos en exceso del Estado, y en ese saco también meto a los representantes sindicales. ¿Qué sindicato puede vivir en este país sin subvenciones estatales?», se cuestiona el autor, entre otros muchos libros, de «Los movimientos obreros en el Madrid del siglos XIX». Teniendo como referente la última idea expresada por Álvarez Junco, su posición final es bastante clarificadora. «En estos momentos pensar en la existencia de un anarcosindicalismo al viejo estilo que se dio en España sería algo remoto; una cuestión fuera de tiempo».
Álvarez Junco, Premio Nacional de Ensayo 2002, no distinta una soledad distinta entre el novelista y el ensayista. «El primero es más individualista, mientras que el que hace ensayo tiene la posibilidad de leer, aprender, discutir y compartir su trabajo con el de los demás. Aunque el ensayo se caracteriza por tener menos notas, o directamente no tenerlas, para crear un lenguaje menos especulativo, en mi caso, no es así. Mis ensayos tienen que tener una gran base histórica, sin eso todo sería una elucubración», concluye un historiador que anoche efectuó una «radiografía» -utilizando una metodología histórica- del nacionalismo español y de las identidades que se han postulado como alternativa en un debate sociopolítico que está de máxima actualidad.
José Álvarez Junco
Escritor / Catedrático de Historia